Desde pequeño siempre he sentido una especial fascinación por los animales cazadores. Por supuesto los grandes carnívoros africanos tienen para mí una mística especial, pero también las más cercanas aves de presa como águilas y halcones.
El cernícalo común (Falco Tinnunculus), es una esas aves. Pequeña y de la familia de los halcones, habita principalmente en Europa, Asia y África.
Si miramos bien, quizás lo podamos ver sobrevolando nuestros campos, incluso en el entorno de zonas habitadas. Pero ésta cercanía no debe hacernos descuidar su atención, ya que en caso contrario podría suceder que dejásemos de disfrutar de su presencia.
Todas las imágenes corresponden al seguimiento de un nido llevado a cabo desde finales del mes de Junio hasta principios del mes de Agosto del año 2018.
El territorio natural para el cernícalo es el campo abierto con matorral, donde puede encontrar alimento en forma de insectos, reptiles y roedores. Es por ello que anidar en un hueco de una antigua iglesia románica con salida a un campo de cereal, le resulta especialmente conveniente.
Este es mi nido.
La puesta se produce en el mes de Mayo y la incubación se prolonga durante cuatro semanas. La hembra, de tamaño mayor, es la encargada de dar calor al nido, mientras que el macho es el encargado de la caza.
Resulta curioso ver como él la reclama con un gritito desde una cornisa, para después irse juntos a disfrutar del lagarto que lleva en las garras.
Traigo tu comida.
En los días posteriores a la eclosión, los pollos son especialmente vulnerables y la madre no se aparta de su lado. Mientras tanto el padre sigue cazando para la familia.
Pasadas esas primeras jornadas los jóvenes son ya un poco más fuertes, comenzando también a requerir mayor cantidad de alimento. Es en ese momento cuando la madre se suma a la tarea de aportar comida, iniciándose un periodo frenético de idas y venidas.
Comenzamos con el trajín.
Las entradas más frecuentes al nido se producen con insectos, seguramente por su gran abundancia respecto a otras presas. En estos casos el adulto entrega la presa sin apenas detenerse, alejándose del nido con un rápido y acrobático escorzo.
Un insecto para mis chicos.
Los pequeños se encuentran en todo momento en una situación de calma tensa. No dejan de mirar al exterior y cuando ven que alguno de sus progenitores se acerca con una pieza, se inicia una breve lucha por tomar la mejor posición y ser el elegido a la hora de recibir el alimento.
Caaaaaalma, ya voy.
De vez en cuando se produce la entrega de una pieza mayor, como por ejemplo un ratón. En estas situaciones el adulto entra al nido y ayuda a los pequeños entregando la comida de pico a pico.
Pero no olvidemos que el cernícalo es en realidad un cazador, y por lo tanto implacable. En este caso el ratón fue golpeado repetidamente contra una de las piedras de la entrada del nido. Seguramente el desdichado todavía se movía.
Tomad, un pequeño ratón.
Pasadas en torno a cuatro semanas desde su nacimiento, los jóvenes disponen ya de su plumaje de vuelo. Un plumaje muy parecido al de su madre, y con él realizan sus primeros escarceos aéreos.
Son vuelos cortos, principalmente de fortalecimiento. Estos ejercicios poco a poco se van alargando hasta convertirse en prácticas de caza.
Nuestros primeros ejercicios.
Y aproximadamente una semana después los jóvenes están preparados para valerse por sí mismos. El núcleo familiar se rompe, y cada miembro toma su propio camino.
Quién sabe si al el año próximo regresarán para ocupar de nuevo el nido, tal y como ya hicieron el año pasado.
Hasta el año próximo.
Mucha suerte para todos.
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