Por motivos de trabajo, he tenido la necesidad de viajar a Chile en varias ocasiones, y durante esas estancias siempre he intentando aprovechar la oportunidad de conocer algo del país. Uno de los momentos más especiales se produjo el 8 de Octubre del 2016 en la cordillera de los Andes, más concretamente en la laguna de Maule, donde de repente estaba él, bueno, ellos. Sin demasiado miedo y con bastante curiosidad.
El zorro andino o cúlpeo (Lycalopex culpaeus) es exclusivo del lado oeste de Sudamérica, desde Ecuador hasta el extremo sur de la Patagonia y Tierra del Fuego. Su territorio preferido se encuentra en las laderas oeste de los Andes, donde dispone de campo abierto para cazar, pero también de bosque caducifolio para descansar y esconderse.
Es el segundo cánido más grande de Sudamérica, tan sólo superado por el lobo de crin o aguará guazú. Tanto las patas como la cabeza son rojizas; el vientre, cuello y boca, blancos; y el lomo, gris rayado de negro. La cola está muy poblada de pelos grises, los cuales se tornan negros hacia la punta. Los especímenes de la zona continental sudamericana pesan de 5 a 7 kg, pero la subespecie de Tierra del Fuego es significativamente mayor, llegando a los 14 kg.
Durante buena parte del año prefieren la soledad, y es al final del verano cuando se conforman las parejas para la cría. Su guarida se encuentra preferiblemente en una cueva entre las rocas, y sus inmediaciones se convierten en una especie de despensa, donde esconden el resultado de la caza hasta que deciden alimentarse.
El período de gestación es de unos dos meses, y pasados dos meses más, los cachorros son ya lo suficientemente fuertes como para seguir a sus padres y aprender a cazar. La familia se separa a finales de Diciembre, tras cinco meses juntos,.
Los zorros andinos son depredadores oportunistas, y se alimentan principalmente de roedores, liebres europeas, ganado doméstico, quirquinchos, guanacos juveniles y cervatos de huemul, pero también de frutos de plantas nativas y de carroña.
En 1915, la liebre Europea fue introducida en Chile causando efectos muy negativos en la biodiversidad nativa. Afortunadamente carnívoros como éste se convirtieron en depredadores naturales de las liebres, ayudando así a controlar su población y devolver el equilibrio a los ecosistemas.
El hombre se ha convertido en su peor enemigo al reducir sus espacios naturales y esquilmando la población como repuesta a sus ataques al ganado joven para alimentarse. La conclusión es que la especie se encuentra en peligro, aunque por fortuna su población es estable en estos momentos.
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