En el último tramo de la Edad de Piedra (Neolítico), hacia el año 4000 a.C., apareció en el sur de Portugal, asi como en otros puntos de la Europa atlántica, una civilización conocida como constructores megalíticos. Estos focos iniciales se extendieron por la Europa occidental, y perduraron hasta el inicio del uso del metal en la Edad de Bronce, hacia el año 1500 a.C.
Como parte de su cultura, estos pobladores creaban construcciones masivas, utilizando para ello enormes bloques de piedra apenas trabajada. De esta forma la palabra megalítico procede de la unión de los vocablos megas (gigante) y lithos (piedra).
En la actualidad les conocemos los siguientes tipos de construcción:
- Menhir: Gran piedra puesta de pie que marca un lugar simbólico, y posiblemente sagrado.
- Alineamiento: Conjunto de menhires dispuestos en fila.
- Crómlech: Conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el alineamiento y el crómlech eran templos al aire libre, con posibles referencias astronómicas.
- Milladorio: Apilamiento de piedras y bloques de diverso tamaño que señala un lugar sagrado.
- Dolmen: Es el monumento más complejo. Se trata de un lugar donde enterrar a los muertos. Constaba de un corredor o pasillo de entrada y de una cámara funeraria, ambos construidos con grandes lajas de piedra, todo ello cubierto por un montículo de tierra y cascotes llamado túmulo. El dolmen es como una pequeña montaña artificial, con una cueva en su interior, también artificial. Todos los difuntos eran depositados en la misma cámara funeraria, ya que se trataba de un lugar de enterramiento colectivo; junto a los difuntos se depositaban ofrendas funerarias (armas, comida, joyas…).
El siguiente esquema muestra el proceso de creación de un dolmen.
Quizás sea el Crómlech de Stonehenge uno de sus lugares mas conocidos. Se considera que para su construcción se invirtieron en torno a 30 millones de horas de trabajo, lo que nos da una idea tanto del nivel de dificultad, como del grado de compromiso de las tribus del lugar.
En la actualidad, hay corrientes exotéricas que relacionan estas construcciones con poderosos puntos energéticos con influencia en el hombre. También existen otras corrientes que las vinculan al conocimiento astronómico. En el caso concreto de Stonehenge, hay quien considera que pudo tratarse de un observatorio astral y que su orientación está de acuerdo con los ciclos celestes.
En este sentido, lo único que ha sido comprobado, es que éstos pobladores tenían conocimiento de los ciclos astronómicos vinculados a la siembra y a la recolección, mientras que el resto carece de base y recibe el tratamiento de pseudociencia.
Todos estos monumentos megalíticos se encuentran diseminados a lo largo de la Europa occidental. Los focos más importantes se ubican en la Bretaña francesa, sur de Inglaterra (con el carismático Stonehenge) e Irlanda, así como en el sur de España y Portugal.
Estos antiguos moradores también encontraron en la comarca de la Cerdanya un lugar en el que vivir y construir, habiéndonos dejado restos que pueden ser disfrutarlos tras sencillas excursiones, y una vez allí imaginar…
Veamos la ruta megalítica que podemos llevar a cabo en la comarca pirenaica de la Cerdanya.
Dolmen de Brangolí.
El acceso se lleva a cabo desde la población de Enveig, tomando la carretera que asciende hacia el Chateau de Brangoly. El dolmen se encuentra a escasos 50 metros del pequeño punto de aparcamiento.
Dolmen de Orén
El acceso se lleva a cabo desde la población de Prullans. Una vez atravesado el pueblo tomaremos una pista que asciende hacia la derecha con destino a Orén. Cuidado turismos!!!.
Deberá llegarse hasta la masía desde donde iniciaremos una excursión de unos 30 minutos para ascender la cercana colina. El dolmen se encuentra entre árboles y si abandonamos el camino, quizás no nos resulte visible.
Dolmen de Pascarets.
El acceso se lleva a cabo desde la población de Eyna. En el mismo pueblo tomaremos un camino que nos llevará hasta el dolmen en una cómoda excursión de unos 25 minutos.
Menhir de Eyna.
El acceso se lleva a cabo desde la población de Eyna. En este caso desde la carretera que lleva al pueblo. Podremos dejar el coche aparcado en una curva, y desde allí llegaremos tras caminar entre 5 y 10 minutos.
Dolmen de La Paborda.
El acceso se lleva a cabo desde la población de La Molina. Podremos dejar el coche en el pueblo, y desde allí, llegaremos al dolmen tras una marcha de apenas 10 minutos.
Quizás estas construcciones resultan poco importantes respecto a los grandes enclaves europeos, pero no por ello debemos negar el mérito que tuvieron, y mucho menos dejar de disfrutarlos como parte de nuestro patrimonio.
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