Ya de niño me atraían las aves de presa, y siendo adulto nunca he perdido ese sentimiento de fascinación. Disfruto viéndolas en libertad y trato de aprovechar las oportunidades que se me brindan para poder hacerlo.
Todas las imágenes han sido tomadas durante una navegación por los fiordos del norte de la ciudad noruega de Tromso, en la mañana del 29 de Octubre del 2016.
Él águila marina de cola blanca (Haliaeetus albicilla) , o de Erne, es una de las águilas más fácilmente reconocibles gracias a su gran tamaño, su color general tirando a café grisáceo, sus partes descubiertas de color amarillo, y por supuesto, la cola que le da nombre.
Su excepcional tamaño la convierte en una de las águilas más grandes del planeta, con una longitud de 66 -94 cm, una envergadura de 1,78-2,45 metros y un peso máximo registrado de 7,5 kg.
Su hábitat natural se extiende por el litoral del norte de Europa y Asia, encontrándose su principal población en las costas de Noruega.
Solo aquellos ejemplares que viven en áreas tan y tan extremas como Siberia migran en invierno a lugares algo más cálidos.
Sus necesidades diarias de alimento giran en torno a los 500 – 600 gramos.
Ésta es una cantidad importante, que se ve aumentada durante el periodo de cría, por lo que su territorio debe ser amplio. Entre 30 y 70 km2.
Pueden ejercer como cazadoras, pero también como carroñeras o incluso como ladronas oportunistas, aprovechándose del trabajo de otras aves pescadoras y nutrias.
Como cazadora, sus presas favoritas son los peces cercanos a la superficie, otras aves acuáticas, y también pequeños mamíferos.
En esta especie los individuos llegan a la madurez a los 4-5 años de edad, y su longevidad promedio alcanza los 21 años.
Las parejas duran de por vida, aunque si uno de los cónyuges muere, puede ser sustituido rápidamente.
Su cortejo es realmente vistoso. Culminando con la pareja entrecogida en un vuelo de caída mientras ejecutan espectaculares series de volteretas.
Otro de los rasgos característicos es la construcción de enormes nidos en árboles y acantilados. Nidos que son generalmente reutilizados para la cria en la primavera.
Las puestas son de 1 a 3 huevos, y su incubación se extiende durante 38 días, llevándose a cabo por ambos progenitores.
Los pollos abandonan el nido a las 11-12 semanas. Y durante ese tiempo son alimentados principalmente por la madre.
En la edad adulta no tiene depredadores naturales, por lo que se trata de un depredador ápice, y experimenta la bio-acumulación de contaminantes ambientales que están presentes en sus presas.
Por motivos como este, pero especialmente por la persecución del hombre, esta fue una especie en peligro de extinción. Por fortuna, los programas de conservación iniciados en la década de los 80 han dado su fruto, y se ha convertido en un caso de éxito para la conservación, habiéndose recuperado la población, y extendiéndose en la actualidad a nuevos territorios.
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